Reseña de El cisne negro

Película ganadora del Oscar

Black swan poster and star
 Ted Soqui/Getty Images

Título: El cisne negro

Título original: Black Swan

Rating MPAA: R

Año: 2010

Distribuida por: Fox Searchlight

Director: Darren Aronofsky

Guionistas: Andres Heinz (guión e historia), Mark Heyman (guión) y John L McLaughlin (guión).

Protagonistas: Natalie Portman, Mila Kunis, Vincent Cassel, Barbara Hershey y Winona Ryder.

La trama

Nina (Natalie Portman) es una bailarina de una compañía de ballet de New York extremadamente competitiva. Su vida, al igual que la mayoría de las bailarinas de nivel profesional, está dedicada tiempo completo al ballet. Nina vive con su madre Erica (Barbara Hershey), una ex bailarina que ha fracasado en su carrera, y que más allá de apoyar el éxito de su hija, está obsesionada con controlarla.

El director artístico (Vincent Cassel) prepara una nueva versión de El Lago de los Cisnes, de Tchaicovsky. Decide reemplazar a su principal bailarina Beth (Winona Ryder), forzándola al retiro, y da la oportunidad a Nina para el rol de Cisne Reina (que requiere interpretar a ambos cisnes; blanco y negro). Pero Nina tendrá competencia con la llegada de Lily (Mila Kunis), una nueva y atrevida bailarina.

Nina es ideal para interpretar al cisne blanco (inocencia, pureza), pero Lily lleva innato al cisne negro (sensualidad, astucia). Ambas desarrollarán una relación teñida por la rivalidad y una extraña amistad. Lily estará así más cercana a reemplazarla, pero Nina se expondrá al lado oscuro de Lily, descubriendo que su propio lado oscuro puede tanto hacerla crecer como así también autodestruirla.

El director

Su primera película Pi (1998) fue intensa e inspiradora. Al ganar en Sundance, la carrera de Aronofsky se disparó. Requiem for a Dream (2000) fue otra genial entrega. Luego de un largo hiato presentó su más ambicioso proyecto: The Fountain (2006), con presupuesto de $35,000,000, muy lejos de los $60,000 que costó Pi. Pero se quedó corto en recaudación, y en cumplir las expectativas generadas.

The Wrestler (2008) significó la gran vuelta de un Aronofsky embarcado en proyectos de presupuestos más acotados—y la vuelta a escena del subvalorado Mickey Rourke—. Otra vez Aronofsky brilló como uno de los grandes directores de cine contemporáneos. Y llegó el estreno de El cisne negro (2010), esperada por los fans de Aronofsky y los enamorados de Natalie Portman.

El personaje como cisne

Natalie Portman no actúa de cisne; ella es un cisne. A pesar de ser flaca y pequeña tuvo que perder casi 10 kilos, y entrenar 8 horas, 6 días a la semana. Su fantástica performance va más allá de su esfuerzo físico o psicológico. Así como perdió 10 kilos ganó 10 años de experiencia.

Su actuación deslumbra y se transforma dentro y fuera de su rol: ella acapara la película. Sus limitaciones (la relación con su madre, sus miedos en escena, sus visiones) están en gran parte tomadas desde su punto de vista. No sorprende que el argumento gire en torno a ella y a lo que pasa por su mente.

Blanco y negro

El guión prácticamente no tiene defectos. La historia se entrelaza muy bien con la obra de Tchaicovsky, al igual que la música de Clint Mansell. Pero la dirección por momentos se focaliza tanto en Portman que descuida otras capas emotivas, sin que puedan brillar más otros personajes como Lily o el director artístico.

Sin embargo, se nota la magia de un brillante Aronofsky en el juego mental que de a poco avanza sobre la línea de realidad versus imaginación. El esfuerzo de su madre no puede evitar que a Nina le crezcan alas, ni que sangre (por su piel, por sus ojos.) El sufrimiento de Nina es captado íntima e intensamente por Matthew Libatique, que filmó todas las películas de Aronofsky menos The Wrestler.

Esta película tuvo varias nominaciones, incluídos cuatro Globos de Oro (Mejor Director, Mejor Película, Mejor Actriz, y Mejor Actriz de Reparto.) La edición (debe haber sido de lo más difícil compaginar a Portman y a su doble) por Kristina Boden y Andrew Weisblum acaba de ganar Mejor Edición en los premios de Boston Society of Film Critics.

“Ella se merece la libertad, pero sólo el amor puede terminar el hechizo.”, le dice el director artístico a Nina, sobre su rol como Cisne Reina. Sin embargo, muchos desearán que el hechizo que han logrado Darren Aronofsky y Natalie Portman con Black Swan no se termine.